El país necesita una economía para todos. No de los extremos. Ni utraliberales en la que sólo las empresas grandes tienen beneficios ni ultra estatistas en la que una camarilla de burócratas terminan siendo los beneficiados. Ambas historias ya las conoce suficientemente el mundo.
El país necesita una economía para todos que beneficie la producción nacional y en la que el principal negocio no sea el de la importación masiva de bienes.
El país necesita una economía con reglas claras, derechos laborales definidos y adecuados a los tamaños de las empresas.
El país necesita una economía que promueva el emprendimiento y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas venezolanas que son finalmente la principal fuente de empleo del país.
El país necesita una economía productiva y que no sólo crezca gracias a los juegos financieros y a la venta de bonos por el endeudamiento público.
El país necesita una economía con un estado lo suficientemente fuerte para que pueda reinvertir en todos los venezolanos y hacer cumplir las reglas pero lo suficientemente flexible para poder manejarse en las vacas flacas .
En definitiva el país necesita una economía que de verdad nos incluya a todos.