Una venezolana en China: Año nuevo en Shanghái entre celebración y tragedia

China es un país donde lo tradicional-moderno, lo rural- urbano y lo viejo-nuevo convergen entre sí. En algunas ciudades, como por ejemplo Xi’an, estos elementos más que converger se superponen entre sí; mientras que en el caso de Shanghái, solo basta con pisar el Aeropuerto Internacional de Pudong y tomar el Maglev (uno de los metros más veloces y particulares por su sistema de levitación magnética) para sentir que después de recorrer 30 km a 300 km/h has llegado en tan solo 7 minutos y 20 segundos a una de las ciudades más tecnológicas, modernas e importantes del mundo.

Lo que nunca imaginé fue que viajar a Shanghái para disfrutar de la última noche del 2014 se convertiría en una larga y aterradora pesadilla que supondría estar tan cerca de la muerte. Pero, ¿quién iba a pensar que la majestuosa vista que ofrece el área del Bund sería testigo de una nefasta tragedia que cobró la vida de 36 personas y dejó al menos 47 personas lesionadas? Estoy convencida que ni siquiera en la mente de las autoridades de Shanghái estuvo la posibilidad que algo así pudiera ocurrir.

 

La noche de fin de año fue una pesadilla

Durante la noche de fin de año, faltando tan solo 30 minutos para recibir el año nuevo, llegamos a un punto del Bund que nos permitía medianamente observar el espectáculo de luces ofrecido por los rascacielos, la multitud era tal, que avanzar o incluso moverse, era sencillamente imposible. Apretados y de pie, esperamos con mucha emoción el fin de año. La cuenta regresiva comenzó: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… nada ocurrió. No hubo ni un fuego artificial ni mucho menos un traki-traki que sonara a distancia. Después de 10 minutos, hasta los rascacielos habían apagado sus luces.

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Nadie entendía por qué el show de fuegos artificiales había sido cancelado, algunos decían que había sido pospuesto, otros comentaban que el Gobierno Chino había decidido cancelarlo en un intento por disminuir la contaminación (lo cual me causó gracia escuchar), otros seguían esperando que el espectáculo iniciara, mientras tanto otros sin titubeo decidieron marcharse. No fue sino hasta cuando la gente comenzó a dispersarse que entendí lo que realmente estaba pasando.

Una cadena humana formada por oficiales de la policía protegía al menos unas 15 personas que estaban tendidas en el suelo, en su mayoría se encontraban completamente desmayadas, otras por el contario estaban sentadas en el suelo cómo recuperándose de un gran impacto, en ambos casos recibían primeros auxilios. Supe que lo que estaba sucediendo no eran simples desmayos por sofocación (de esos que suelen ocurrir en conciertos o manifestaciones) cuando vi que varios de ellos estaban siendo resucitados mediante respiración cardiopulmonar (RCP), primeros auxilios que en ese momento eran brindados por los mismos amigos y familiares de las víctimas, pues eran civiles quienes sin ningún tipo de uniforme médico atendían a los heridos.

 

La pesadilla en el Bund tenía tiempo de haber comenzado. La masa continuaba su marcha mientras la cadena humana formada por los policías era constantemente quebrantada por la gente, quienes con poca sensibilidad continuaban su jornada. Recuerdo haber visto al menos cuatro heridos siendo cargados por sus acompañantes y metidos en una pequeña ambulancia; entre ellos, un hombre alto, blanco, robusto y absolutamente desmayado, a quien recuerdo con mucha claridad, porque dado su peso fue subido con bastante dificultad. ¿Pueden imaginarlo? Si un hombre de características fisionómicas como las antes mencionadas pudo ser abatido por la estampida humana, no es difícil entender por qué la mayoría de las víctimas fueron mujeres.

 año nuevo en China

Sobre Las causas de la tragedia:

Al igual que el Gobierno Chino, desestimo la hipótesis que responsabiliza a un club nocturno de haber lanzado billetes falsos desde un balcón (en mi caso pensé que era papelillo lo que estaba siendo arrojado) porque tal como han indicado, esto ocurrió a medianoche y la estampida se produjo antes. Lo que sí creo es que hubo una profunda negligencia por parte de las autoridades administrativas de Shanghái, quienes nunca pensaron que algo así podía ocurrir y como corolario no estaban preparados para enfrentarlo: la presencia de funcionarios policiales desplegados por calles y avenidas no fue suficiente, no hubo módulos de asistencia médica o puntos de control cercano. En fin, no hubo medidas preventivas ni existió un plan de contingencia que hiciera frente a la crisis de manera efectiva.

Es cierto que la ayuda llegó, pero para las víctimas la ayuda llegó muy tarde. 36 personas necesitaron morir y 49 resultar heridas para que el día siguiente las autoridades de Shanghái inundaran las calles de militares, controlaran el paso peatonal, el tráfico vehicular y acordonaran la zona del Bund para garantizar el orden y la seguridad de todos los visitantes.

Para quienes estuvimos allí comenzar el 2015 de esta manera fue triste y lamentablemente, pero para quienes recibieron la noticia de que sus familiares habían muerto en la noche de año nuevo, fue devastador. Paz a sus restos.

Comentarios

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3 Comments
  1. muy interesante y lamentable esa tragedia , aunque en la manera que lo cuentas no pareciera

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