El hard boiled bolivariano

Cultivar, en la Venezuela bolivariana, ese sub género literario conocido como hard boiled, que Raymond Chandler definiría como “la novela del mundo profesional del crimen”, supondría lidiar con la feroz competencia de la realidad. Basta asomarse a twitter, un día cualquiera, para asistir a tramas colmadas de situaciones turbias, datos imprecisos, crímenes increíbles, generosas dosis de pólvora, anuncios oficiales que se contradicen y la elusiva presencia del poder. Es decir, que siguiendo el hilo de una noticia cualquiera, uno se hallaría ante una historia  que superaría cualquier intento profesional de novelar el mundo del crimen.

Como el caso de los sucesos que se desencadenaron luego de un allanamiento del CICPC a un edificio ubicado en la avenida Baralt, cerca de Quinta Crespo, durante la madrugada del 7 de octubre. Según se puede deducir de la escasa y fragmentaria información que circula por las redes, el CICPC allanó ese edificio tras la búsqueda  de un hombre que se enfrentó a una comisión de ese cuerpo policial. Durante el allanamiento el sujeto solicitado es abatido.

En adelante, comienza a espesarse la trama.

Un hombre desconocido para el ciudadano común, llamado José Odreman, ofrece unas declaraciones en las que responsabiliza al ministro de Interior y Justicia de lo que pueda ocurrirle a él. Hasta ahí la típica denuncia del que siente que su vida corre peligro por las actuaciones de algún funcionario público. Tres detalles, sin embargo, singularizan esa trama: El primero, que el sujeto se nombra a sí mismo en tercera persona: “si le pasa a José Odreman cualquier cosa…” (es decir, se siente una persona relevante); segundo, un tono de voz que podría indicar sorpresa más que indignación.

El tercer detalle es el más significativo: cuando el video se hace viral, lo hace bajo el nombre de “Lo que dijo José Miguel Odreman, líder colectivo 5 de Marzo antes de morir”. Y, en efecto, en un segundo enfrentamiento en el mismo edificio, cerca del mediodía, en el que se hablaba de un efectivo del CICPC tomado de rehén y de un rescate a sangre y fuego, se produciría lo que José Miguel Odreman presintió frente a las cámaras: le pasó “algo”.

Luego, como suele ocurrir con esos personajes que saltan a la notoriedad con la muerte, comienza a conocerse su vida hacia atrás. Se supo entonces que lideraba el Colectivo 5 de marzo, una organización que agrupaba más de cien “colectivos” de Caracas y tenía su centro de operaciones en la sede de la extinta Policía Metropolitana (de la que era sargento jubilado) en Cotiza.

Para contar su muerte, las fuentes recurren a la elipsis. Apenas se sabe que ocurrió durante un enfrentamiento con el CICPC y que ocurriría el mismo día (¿horas, minutos antes?) de sus famosas declaraciones. Ese día que su rostro se haría conocido para la mayoría de la población.

Pero no así para ciertos ámbitos del poder. Al menos eso quería hacer notar por las fotos colgadas en su cuenta twitter. La de portada es con José Vicente Rangel. En una aparece con Cilia Flores. En otra, con los difuntos Robert Serra y Juancho Montoya. Otra más, en un grupo con “el comandante eterno de la revolución bolivariana”, como lo señala en su tuit.

Uno ve esas fotos y vuelve a ver ese video, y siente que la voz que quedó grabada en esa historia es la de alguien que se creía con la impunidad suficiente como para parecerle increíble que eso le estuviera pasando a él. Que, como las paradojas que alimentan ciertas novelas, en las últimas escenas de su vida descubrió que estuvo buscando enemigos en gente que ni sabía de su existencia, mientras que funcionarios de una ley de la que siempre se sintió por encima, fueron los encargados de sacarlo de la novela.

¿Será posible superar, desde la imaginación, una trama más elaborada que esa? ¿Tendrá sentido cultivar el hard boiled en la Venezuela bolivariana?

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5 Comments
  1. Toda ficción es superada por la realidad en Venezuela ¿quién necesita novelas, películas o series gringas si con una “tarde de perros” nos basta? Bien escrito, Héctor. FELICITACIONES

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  2. Mejor dicho imposible hasta yo que no tengo nada que ver con la literatura voy a escribi una obra narrativa que la titularé los evagelios apócrifos del chavismo

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