Colectivos urbanos y su aporte al reajuste de las Políticas públicas

Pocas palabras hoy día causan tanta polémica – y a veces repulsión – como la palabra «Colectivos», es casi tanto como cuando en una conversación sale a relucir la palabra «Política»; definitivamente son palabras que debemos rescatar y en esta oportunidad me voy a tomar el espacio para explicarles un poco la intrínseca relación que tienen ambos significados en el movimiento urbano, especialmente en aquellos que promueven la sustentabilidad y sostenibilidad a través de la movilidad dentro de las ciudades.

Bien, aprovechando la tecnología de hoy día y con el fin de ahorrar algunas palabras en mi escrito, la definición con todos los detalles la podrán encontrar haciendo clic en aquellas que aparezcan coloreadas y subrayadas, si bien no quedan conformes pueden profundizar en otras fuentes de su preferencia, mi intención solo es contextualizarlas en la causa que buscamos promover, la cual tampoco se escapa de ser una causa abiertamente «Política».

Desarollo Sostenible

Para contextualizar la palabra «Colectivos» en el movimiento urbano, debemos entender que la mayoría de ellos suelen llamarse así debido a que carecen de una figura jurídica o de registro legal que les ampare, es decir no son: asociaciones civiles, fundaciones, comunas, asociación de vecinos ni mucho menos compañías anónimas en las cuales por lo general suelen haber responsables con nombres y apellidos de quienes la mantienen funcional y su manera de organización es totalmente jerárquica debido a las exigencias jurídicas.

En las agrupaciones de personas que se autodenominan «Colectivos urbanos» la burocracia no existe, ya que no hay nada más allá que los objetivos y fines comunes de promover o trabajar por aquello que les une en un momento determinado, que en este caso es la ciudad. En estas agrupaciones organizadas por lo general se trabaja de manera horizontal, es decir sin jerarquía establecida; las personas que las conforman o dan a conocer a través de su mensaje suelen ser conocidas como “voceras”, quienes aportan y dedican su tiempo exclusivamente a tareas de una o varias agrupaciones de manera constante, por lo general se les identifica como “militantes”; siendo el aporte organizativo lo que marca la diferencia. En un movimiento perfectamente pueden existir varios «Colectivos» que a su vez tienen fines bastante precisos u ofrecen distintas alternativas en la causa general que les impulsa. Por ejemplo al hablar de movilidad sustentable, no solamente estamos hablando de aquellas personas que se desplazan en vehículos a tracción de sangre, o vehículos eléctricos que no emiten gases que afecten el aire de nuestras ciudades, en esta causa también tenemos que contemplar a los peatones o personas que se movilizan caminando la ciudad y que promueven esta práctica frecuente apoyándose muchas veces en medios de transporte masivo.

En cuanto a los fines políticos que persigue todo colectivo, es importante desligarlo a los fines del partidismo y diferenciarlo más aún de la politiquería, son términos completamente distintos que lamentablemente se han concentrado en nuestra jerga como si todo lo abarcase la palabra «Política». Si bien afirmo que los fines colectivos necesariamente son políticos, especialmente en la movida urbana, es justamente porque todos los asuntos ciudadanos que competen al ordenamiento de la ciudad es lo que se denomina «Política», no obstante es importante aclarar que algunos «Colectivos» sí tienen definida su línea partidista y se apoyan en ella muchas veces con el objetivo de establecer un contacto más directo con el poder ejecutivo local; en el peor de los casos es fácil identificar a «Colectivos» que dicen perseguir fines políticos y a través del partidismo lo único que promueven es la politiquería, que justamente es lo que ha afectado negativamente estos movimientos sociales dentro de la opinión pública.

Grupos Urbanos Caracas Sep-2014Cuando, por ejemplo, buscamos promover el uso de la bicicleta como medio de transporte dentro de las ciudades, estamos haciendo «Política», ya que emprendemos las acciones necesarias para fomentar un reajuste de las «Políticas Públicas» y así darle más oportunidades a los y las ciudadanas de tener una alternativa en su manera de movilizarse dentro de la urbe. Cuando estas acciones se materializan en: ciclovías, estacionamientos exclusivos para bicicletas, señaléticas que hagan visible al ciclista dentro de la ciudad, préstamo de bicicletas públicas, incorporación de la bicicleta en otros sistemas de transporte masivos (intermodalidad), entre otros elementos y obras que permitan que la bicicleta sea una verdadera opción para quienes deseen usarla más allá de lo deportivo o recreativo, en ese momento podemos adjudicarle ese logro al activismo colectivo que cumplió con sus fines políticos. Por lo general estas metas se estiman alcanzar en un mediano y largo plazo, por lo que la perseverancia y la constancia son ingredientes fundamentales para lograr la transformación deseada.

Una vez que entendemos esto y lo arraigamos en nuestra conciencia, los conceptos se pueden aplicar para muchas otras causas e iniciativas ciudadanas como: el reciclaje, la protección de animales, la defensa de la igualdad y equidad de género, entre otras que fomenten un bien común; es cuestión de contextualizar e identificar cuando este denominado grupo de personas realmente busca el bienestar para la sociedad, es decir un bienestar verdaderamente «Colectivo».

Ahora bien, una vez contextualizado el asunto, mi intención con el artículo que bien tuvieron la oportunidad de reflexionar, quiero terminarlo presentando algunos de los colectivos urbanos que hacen vida en Venezuela, también quiero aprovechar el espacio para dar a conocer a través de sus logos a aquellas iniciativas que hacen vida en Caracas – mi ciudad de acción -. Si sienten alguna necesidad de profundizar la información, recuerden que, con solo hacer clic al último enlace podrán acceder a un espacio donde hay más detalles y coordenadas.

Muchas gracias por su tiempo, interés y atención. En esta oportunidad quiero terminar mi aporte con una sabia frase auto-reflexiva que el Quijote le esgrimió a su fiel escudero cuando éste estaba a punto de abandonarle en un momento donde todo parecía salir mal:

«Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro,
si no hace más que otro…» 

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Luis Calderón


Ciclo-Activista Urbano / Contador Público
Co-fundador de Bici-Aventuras Caracas y Cicloturismo Venezuela
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