En el séptimo tenemos mucho que ofrecer

 

En este país ha sido una grata sorpresa el despertar del séptimo arte. A nivel nacional se ha logrado la reivindicación del cine, tanto, que se ha captado la atención de la audiencia y el orgullo por lo nuestro.  En el ámbito internacional también hemos dado la talla, evidenciando que somos un país azul y no tan rosa, que nos encanta comer papita, maní y tostón, que llevamos con estilo nuestro pelo malo y que contamos con una figura histórica tan importante, que no pudimos reflejarlo en un sólo largometraje.

Sin embargo, desconocemos que hay muchas más producciones y productoras que se esfuerzan por concebir un trabajo de calidad, para seguir haciendo crecer el mundo cinematográfico venezolano.

Es el caso de Vita, una productora que nació en Caracas, durante el año 2005 con la idea de hacer buen teatro. Kiberly Figueroa, su fundadora, nació en las tablas y deseaba crear un grupo teatral de altura, pero los pocos espacios teatrales para la época, además de la migración de actores y productores de TV al teatro, hicieron difícil la continuidad de este proyecto en las tablas. Por lo que Vita, vio una oportunidad en el cine, a través de la producción de cortometrajes.

 

La producción de cortometrajes, les daba también la oportunidad de tener un material tangible, mucho más fácil de difundir dentro y fuera del país. A pesar de ser un medio costoso, les generaba también la ocasión de recrear mejor las historias que deseaba contar.

Taller Sublime es de sus primeros y más notorios cortometrajes. Es la historia de un hombre que se refugia en un taller para vivir su pasión por las artes plásticas, con la finalidad de huir de los recuerdos de un triste suceso. En 2011, esta producción quedó seleccionada para participar en festivales internacionales en Perú, Cuba, India, Marruecos y España, quedando como ganador en el Festival de Cine Familiar de los Cielos en España. Lo que indudablemente generó un estimulo para seguir trabajando en más proyectos que posicionaran el nombre de Venezuela en alto.

Ambientada en los Médanos de Coro, el cortometraje Uno, Dos, Tres retrata el valor de la libertad, y deja por sentado el crecimiento deVita como productora independiente, debido al gran trabajo de creación. Con este film, tuvieron un gran reto al desenvolverse en un ambiente difícil de controlar, además de ser víctimas del hampa durante el rodaje, lo que no apagó sus ansias de lograr una excelente propuesta audiovisual, que se vio recompensada al ser seleccionada para participar en el VI Festival Internacional de Cine de Baghdad 2014.

 Mucho con poco

 No es cosa fácil la de trascender en este medio y menos cuando se es un productora pequeña. Es por ello que Vita Producciones ofrece talleres infantiles, programas de responsabilidad social enfocados a la cultural, producción de eventos, publicidad, entre otros servicios que le ayuden a percibir ingresos para seguir apostando a la creación de audiovisuales.

Muchos clientes con los que han trabajado anteriormente, les han dado cierto apoyo económico, además del CNAC que les ha dado apoyo permanente, pero para las ganas que tienen de ofrecer producciones de alto calibre nunca es suficiente.

Vita está principalmente integrada por Kiberly Figueroa (Fundadora y directora) y Yamileth Pineda (Productora). Son ellas quienes día a día trabajan para el logro de los proyectos que posicionen la empresa en el medio. Dependiendo de las iniciativas que se presenten hay un staff rotativo capaz de ofrecer su servicio y apoyo.

Se trata de construir

 La fundadora de Vita Producciones, ha tenido la oportunidad de salir a prepararse fuera del país. Ha tenido la facilidad de poder realizar las actividades que le gustan en otros hemisferios, a pesar de ello ha seguido apostando al país que le vio nacer y cree en el poder que tiene la cultura para mejorar la situación ambivalente por la que pasa Venezuela.

Vita ha ido superando cada obstáculo con esfuerzo y ganas de ser mejor, sin importar inclusive las necesidades de tener mayores aportes externos. La sed de generar espacios de encuentro donde la sociedad se vea reflejada o pueda recrearse por instantes, son la mayor inspiración de esta productora, tanto así que ofrecen su arte a personas que no tienen los recursos para hacerlo, a través de la fundaciónRecetando Sonrisas. En esta organizan eventos culturales caritativos, con la ayuda de patrocinantes y personas que ofrezcan su colaboración para estas causas. Al hacer estas actividades entregan juguetes, comida, ropa y comparten un rato de entretenimiento con niños, adultos o ancianos en situaciones de desventajas.

Organizaciones como esta, demuestran que las oportunidades están presentes y solo hay que esforzarse por lograr lo que se sueña. Es por eso que Vita mientras tenga vida seguirá ofreciendo al país recreación y la posibilidad de soñar con los ojos bien abiertos.