En Sidor la clase obrera no va al paraíso

Una prolongada crisis en una de las principales industrias básicas del país, desnudó la política laboral del gobierno de Maduro: militarismo, descalificación y violación a la ley. SIDOR no sólo ha tenido 3 presidentes provenientes de las fuerzas armadas en el último año,además fue militarizada en la huelga de agosto 2014 y hubo 15 personas detenidas.

Durante la crisis, el discurso gubernamental atacó a trabajadores y sindicalistas. Se les dijo desde mafiosos, hasta “locheros”, en una política claramente orientada a no resolver la legítima demanda laboral. El Presidente de la República y el de la Asamblea Nacional, en sus intervenciones púbicas durante los meses de julio y agosto, justificaron las dilaciones a la firma de la convención colectiva, lejos de crear condiciones para el diálogo.

Una inusual modalidad se estrenó en esta oportunidad para tratar de acabar con la huelga: firmar un acta con una parte de los miembros del sindicato, al tiempo que el aparato comunicacional del gobierno pretendió hacerla aparentar como si fuese el contratocolectivo. Lo que no avizoraron los funcionarios que participaron en esta fallida estrategia fue la firmeza de los trabajadores, quienes no mordieron la carnada.

Un acta no mata sindicato: en la acería más grande del país, un acuerdo de esta naturaleza sólo es válido si está suscrito por el presidente y secretario general del sindicato. Cualquier estatuto sindical de Venezuela así lo establece. Pero especialmente, según los artículos 356, 357, 358 y 391 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y Trabajadores, la firma de una contratación colectiva, debe hacerla la autoridad sindical competente.

En la legislación laboral venezolana hay un entramado procedimental para convenir colectivamente en el sector público, pues las erogaciones del Estado comprometen elpresupuesto nacional. De ahí la intervención de la Procuraduría General de la República, el Ministerio del Trabajo, la CVG y el Ministerio de Industrias. Pero en la maniobra del acta fallida estuvo hasta el Ministro de Interior y Justicia…

En SIDOR, el gobierno demostró no haber aprendido la lección del conflicto laboral protagonizado hace 6 años, cuando la mora de 15 meses en firmar el contrato colectivo,condujo a una combativa huelga en 2008. En ese entonces SIDOR era propiedad del consorcio Techint-Ternium y la respuesta del gobierno a la violación de los derechos colectivos laborales, fue nacionalizar la acería de nuevo con la promesa de cumplir las demandas laborales.

De 2008 a 2014, el Estado desoyó el llamado de la clase trabajadora sidorista y desarrolló las más feroces prácticas anti sindicales. Utilizando la necesidad de miles de personas que clamaban por un puesto de trabajo en la acería, les subempleó (sin derecho a condiciones laborales): son los “tercerizados” de SIDOR. Además, contrató a militantes del partido de gobierno, que actuaron como un ejército de esquiroles a sueldo. Al mismo tiempo, el Estado auspició la proliferación del paralelismo sindical y con ello, indirectamente la violencia.

La dirigencia sindical sidorista y sus aliados entre las empresas básicas, han expresado su decepción hacia Maduro, que les intentó dividir, les reprimió y les trató cual delincuentes.

Para colmo, uno de los puntos que más dilató la solución al conflicto, fue la negativa gubernamental a reconocer el derecho de los sidoristas jubilados.

María Esperanza Hermida

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