Mosaico de la polarización
Olvidamos cómo es conversar con alguien que piensa distinto. Aprendimos que insultar y descalificar es un argumento en sí mismo, no importa si lo que dices tiene o no sentido. Entendimos que generalizando, metemos en un mismo saco a muchas personas y nos ahorramos la tarea de apreciar lo particular. Creemos que ser democrático es pertenecer a cierta tendencia política porque del otro lado están los “golpistas”.
Cuestionamos la pluralidad, porque estar entre personas que piensan igual que nosotros es mucho más cómodo. Alimentamos nuestras ideas a través de medios de comunicación que no nos hacen preguntas sino que nos ofrecen respuestas que nos ratifican que estamos en “el lado correcto”.
Así funciona la polarización, que como fenómeno micro social ha dividido familias, trunca proyectos comunitarios y corroe aquello que llamamos el sentido común/ comunitario y lo convierte en una forma de ser: el valor no está en lo que haces sino en evitar que el adversario haga.
Bajo este sino en febrero de 2014 surge el Movimiento Reconocernos, que ha emprendido la tarea de promover la conversación como método de trabajo para viabilizar la coexistencia de las dos tendencias políticas mayoritarias: chavismo y oposición. Con ese objetivo, llegamos el sábado 23 de agosto a la zona 4 del barrio José Félix Ribas, de Petare, conocido por ser el más grande de América Latina.
Nos recibe Mercedes Escobar, presidenta de la Asociación Civil “Hagámoslo Juntos” quien ha convocado a los participantes de un programa de formación que impulsa Fundasucre, donde confluyen personas de ambas tendencias políticas. La mayoría de los asistentes son mujeres de sectores populares del municipio Sucre que pertenecen a consejos comunales, asociaciones civiles u otras organizaciones comunitarias del municipio y que participaron activamente en el conversatorio, que giró en torno a 5 puntos. A continuación referimos lo que recogimos del mismo:
1. Etiquetar es deshumanizar
Las etiquetas tienen un efecto deshumanizador porque meten en un mismo saco a un montón de gente que es diferente, aunque compartan cierta tendencia política. Despersonalizar es una herramienta poderosa para polarizar porque la gente deja de ser mi hermano, mi compadre o mi vecino para convertirse de manera automática en mi enemigo: “el escuálido ese” o “el chabestia ese…”
2. Respetar la tendencia política de los otros y no pretender cambiarla
¿Qué sentimos cuando una persona de otra tendencia política insiste en que estamos equivocados de bando? ¿Qué sucede cuando nos dicen que nos respetan pero le restan importancia o valor a nuestros argumentos? Uno de los pasos más importantes del reconocimiento, implica entender que la diversidad es la base de la democracia. “Cuando alguien me toma por bruta y me quiere convencer de que estoy equivocada, en vez de discutir conmigo, me cierro” nos dijo Marlene. El reto es conversar, debatir y discutir sin pretender que esa discusión conduzca a la redención del otro sino hacia comprender mejor sus argumentos y hacer comprender los míos.
3. Filtra la información que recibes desde los medios de comunicación
Muchos de los argumentos que usamos para defender nuestra tendencia política están basados en matrices de opinión que se generan en los medios de comunicación (ya sea la prensa escrita, radio o televisión). Estar atentos a contrastar diferentes versiones de un mismo hecho puede ser muy útil para no ser manipulados en nuestras opiniones. Si queremos disminuir la polarización, el espíritu crítico es muy importante: “A veces los medios contribuyen al odio y la división” acota Carmen, que cree que la polarización es promovida por los medios.
4. El cambio está en ti y en la gente
Los liderazgos, en muchos casos, se alimentan de la polarización y la promueven pero cada persona puede detener ese discurso: “¿Cómo lo hacemos? No reproduciendo los insultos. Es necesario tener siempre presente que lo que cuestionamos son las ideas o los argumentos del otro, y que para darnos a entender, para exponer nuestra postura o para indicarle al otro que no estamos de acuerdo con él, no necesitamos ofenderlo”, dice Sonia.
5. ¿Y cómo abrimos el diálogo?
Para abrir el diálogo proponemos aplicar una técnica básica de Reconocimiento basada en saber y comprender que ambas tendencias políticas tienen aspectos positivos y negativos; y que ningún proyecto de país será viable si niega a la mitad de la población. Nuestra propuesta se trata de abrir el diálogo reconociendo un aspecto positivo de la otra tendencia política y un aspecto negativo de la nuestra. Algunos ejemplos pueden encontrarlos en el ejercicio inicial que dio origen al movimiento Reconocernos.
Después de conversar acerca de estos 5 puntos la reflexión fue larga y enriquecedora. La conclusión fundamental fue que la despolarización comienza en cada uno de nosotros, en lo que de manera individual podemos hacer para evitarla. Esto implica reconocer al otro como venezolano y como alguien a quien puedo decirle “Hagámoslo Juntos” como reza el nombre del espacio que nos recibió para este valioso encuentro.
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