Un país de independientes

 

¿Cómo se puede ser independiente en un país polarizado? La respuesta es pensando diferente. El problema es que esto se ha vuelto cada vez más complejo. Sino pregúnteselo a Marea Socialista, que justo ahora son vetados y excluidos del Psuv por decir lo que piensan o, mejor dicho, por ser críticos ante el proceso del buró, o a la misma oposición que teniendo dirigentes que con años de lobby político, amplia experiencia en el debate democrático y, además, asesores de alto calibre internacional, todavía no logran ponerse de acuerdo para hacerle una propuesta al país. O a todas las parejas, amigos y familias separadas por las enormes diferencias entre chavistas y opositores.

El cambur Inc.

Creer en un país de independientes pasa por ejercitar la mirada hacia el otro.

Lo complejo de pensar distinto en esta Venezuela de hoy, es que todo está unido a lo emocional. Diferir, discernir, reflexionar en cuanto a lo político es un reto. ¿Existen alternativas? Absolutamente sí. Creer en un país de independientes, pasa por ejercitar la mirada hacia el otro. Todos somos venezolanos. Cuando estamos frente a un chavista siendo opositores, o viceversa, no estamos mirando a un desconocido sino a un venezolano igual que nosotros, nacido en esta tierra con sabor a arepa, a cazabe y a sancocho.

El independiente vive pensado como hacer las cosas mejor, como trabajar más duro para conseguir las cosas, todos somos meritocráticos. ¿Y quién no se esfuerza por mejorar sus condiciones de vida? La respuesta es todos. Es ahí donde todos somos independientes, donde todos somos uno.

No tememos por qué regalarle a nadie nuestro esfuerzo, o nuestro voto o nuestro derecho a querer un país mejor. Porque todos trabajamos para que sea así. No es el petróleo lo que une, como dice el actual gobierno, son nuestros valores: La solidaridad, la alegría, las ganas de hacer las cosas bien.

No se trata de despolarizar o repolarizar, como quieren hacernos creer algunos especialistas de pacotilla, sino la verdadera independencia de ideas, de creencias y de igualdad. No son las leyes habilitantes de Maduro las que nos van a fortalecer como nación, ni los discursos trillados de una izquierda ortodoxa y trasnochada, menos unos arribistas que intentan llenar algo con un nombre como una “Mesa de la Unidad”. Eres tú ciudadano de a pie, eres tú trabajador, eres tú ama de casa, estudiante, gerente, operario, quien tiene la última palabra, quien decide qué tipo de país necesita. Sí hay alternativas: Un país de independientes se hace todos los días, no lo olvidemos.

Zulma Meléndez

Soy ante todo Venezolana, amante de mi gente y de mi país, artesana intelectual, aunque tengo un título en Sociología. Muero por el vino y me niego rotundamente a escuchar ideas fatalistas del mundo. Asumo los retos con pasión y compromiso.

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