Se llama Global Print ( J308446971). Fue anunciada su expropiación en la prensa regional mucho antes de que en realidad sucediera. Parlamentarios de la Asamblea Legislativa Regional fueron a la empresa en 2012 conversaron con los trabajadores (que a través de una cooperativa tienen el 40% de la empresa) que se quejaban de que sus socios habían pagado las utilidades de los trabajadores en enero de 2012 y no el año anterior. El parlamentario regional Ramiro García explicaba la situación diciendo que “han hecho caso omiso, sin bajar la guardia y han seguido atropellando a los trabajadores”. El maltrato a los trabajadores sería entonces la primera razón de la expropiación.
Un año para expropiar.Es en la Gaceta Oficial del martes 30 de abril de 2013 , la misma en que fueron creadas las Regiones para la Defensa Integral (REDI), en dónde aparece el decreto de expropiación de la empresa Global Print para “el fortalecimiento de la industria gráfica nacional” firmado por el Vicepresidente Jorge Arreaza.
Una empresa grande.En el Registro Nacional de Contratistas se puede ver que Global Print no es precisamente una empresa pequeña. Ha realizado al menos tres trabajos para el Consejo Nacional Electoral: La impresión de las boletas para las elecciones del Partido Socialista Unido de Venezuela, impresión y distribución de boletas para elecciones parlamentarias de 2010 y para gobernadores y alcaldes de ese mismo año. Sus clientes privados no son de menor envergadura: Parmalat, Heinz, Lumalac, La Lucha o Café Santo Domingo.
Un aliado estratégico. Uno de los principales socios de Global Print (21%) es Ivan Adreani Costa también socio principal en Uniprint (95% de las acciones) S. A. la empresa que obtuvo a través de una alianza estratégica con el Ministerio de Educación la distribución, revisión y custodia de los libros de la Colección Bicentenario.
Iván Adreani Costa aparece también en el Registro Nacional de Contratistas como Gerente General de Global Print y como abogado de la demanda de nulidad de la expropiación por parte de la empresa.
La nulidad de la expropiación fue otorgada por la sala político administrativa del Tribunal Supremo de Justicia el pasado 13 de noviembre de 2013.
El Gran Premio. El resultado final es que la empresa que maltrataba a los trabajadores fue devuelta y que uno de sus principales socios fue premiado con un contrato con la Imprenta Nacional primero y con el Ministerio de Educación después para el acopio y la distribución de la Colección Bicentenario. Todo sin licitación alguna.