Entre los hermanos Grimm y los protocolos de los sabios de Sion

Contrario a lo que pueda sugerir el título, no pretendo hablar de Grimm ni de Once upon a time; de cuentos de hadas tenemos bastante entre Disney, Univisión y Televisa.

Pasa que me llama mucho la atención la proliferación de series con alto contenido grotesco como Helix y The Strain y quiero conseguir una justificación más profunda que un simple “repiten la fórmula que llevó al éxito a The Walking Dead“, a la que estas dos nuevas propuestas dejaron en pañales. Para eso, se me ocurren dos teorías muy del tipo “la semiótica da para todo”.

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Infografía Minimalista (Vía: www.gqmagazine.fr)

Infografía Minimalista (Vía: www.gqmagazine.fr)

Se las explico:

Del carácter de la audiencia. El adulto contemporáneo creció en un mundo mediático dominado por Disney, industria dedicada a convertir los contenidos de la literatura clásica infantil -cruda y realista en siglos pasados- en historias childhood friendly que pretendían alejar al lector de la maldad y el vicio de la humanidad. Cuando, en realidad, su razón de ser era precisamente lo contrario: enfrentarles a esa realidad para fortalecer el carácter y prepararles para la edad adulta.

La historia que marcó -para mí- el colmo de esta dulsificación fue La Sirenita cuyo final es mucho más trágico que la boda de Ariel y el Príncipe. Entonces, me gustaría pensar que las grandes cadenas de tv norteamericanas apuestan por fortalecer el carácter de la audiencia al confrontarla con estos contenidos, sin embargo, siguen cojeando en el punto en que el control del asco no es la única vertiente del carácter que se debe reforzar. Hay elementos más éticos y políticos del carácter que se siguen dejando de lado por lo que no creo que ésta sea la razón.

Teorías conspirativas. A todos nos gusta una historia de intriga y confabulaciones maquiavélicas de fuerzas superiores al individuo, de allí el éxito de los comics forever and ever. Pues debo decir que despierta mi suspicacia el hecho de que estas dos historias hayan salido al aire en el contexto de un planeta en el que el ébola ya no es simplemente vehículo que sustenta el argumento para dos películas de los 90 (12 Monkeys y Epidemia), no; lo que me recuerda también que Armagedon e Impacto Profundo fueron películas casualmente contextualizadas ante la amenaza de Hercolubus.

Todo esto da pie para preguntarme -en un sentido estrictamente retórico- ¿Los protocolos de los Sabios de Sion eran una novela o un tratado formal? Porque, en mucho, lo que está pasando en la tv actual me hace recordar largas conversaciones con mi abuelo sobre cómo los judíos pretendían dominar al mundo a través del cine y la tv, industrias en las que tienen una importante fuerza económica.

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Hoy por hoy, les doy el beneficio de la duda en el momento en que me pregunto: ¿esta es su manera de dominar al mundo o de liberarlo? Porque el único punto a favor que le veo a todo este asunto es el hecho de que nos han venido mostrando verdades incómodas con unos dos o tres pasitos delante del gobierno más audaz.

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