Los economistas Víctor Álvarez y Efraín Velásquez, hicieron un diágnóstico de las perspectivas económicas para el año que recién comienza, en un foro organizado por un reconocido medio impreso venezolano, y coincidieron en la complicada situación en la que se encuentra el país luego de la abrupta caída de los precios del petróleo, y las profundas distorsiones que tiene la dinámica económica.

Para Álvarez, quien fuera ministro de Minería e Industrias Básicas del fallecido presidente Hugo Chávez, la caída de los precios del petróleo representa un riesgo para el modelo socialista y requiere de medidas duras de racionalización del gasto público.

Sugirió reprogramar los acuerdos de cooperación energética en el marco del Alba y Petrocaribe para ajustarlos a las nuevas restricciones presupuestarias.

Otra propuesta de Álvarez fue organizar los pagos en dólares al sector privado, de manera que respondan a una programación que se adapte a la caída de los ingresos petroleros y recomprar la deuda externa, aprovechando la caída del valor nominal de la misma, por el orden del 40%, para aliviar los pagos de capital e intereses.

Por último el economista recomendó reducir el gasto internacional y vender Citgo: “Hay margen de maniobra para encarar la crisis y si el Gobierno toma algunas medidas consistentes se puede convertir esta crisis e una gran oportunidad”, afirmó.

Ya en la ronda de preguntas, aseguró que la oposición venezolana debe ser cónsona con sus planteamientos y buscar un diálogo que permita al país salir de la crisis. Criticó que en el discurso opositor, antes del 21 de enero, pedían medidas drásticas, pero cerca de la fecha comenzaron declaraciones que alertaban de un “paquetazo rojo” lo que en lugar de crear un clima apto para las soluciones adecuadas, creo ansiedad en la población y dificultó que se tomaran las acciones debidas.

Mejorar la liquidez.

Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía, describió la situación venezolana como una crisis inflacionaria producida por una caída en la oferta de productos y un aumento de la demanda, lo que redunda en inflación. Si a esto se le agrega un escenario de escasez y un recorte en la cantidad de divisas que la renta petrolera inyecta en la economía, lo que acelera el fenómeno inflacionario.

Las causas no son solo la caída de los ingresos petroleros, sino además la reforma de la ley del Banco Central de Venezuela en 2010, que permite que este ente financie a Pdvsa, lo que hace que aumente la emisión de dinero inorgánico.

Otro elemento importante para Velasquez es el nivel extremadamente bajo de las Reservas Internacionales Líquidas, por el orden del 1,6 millones de dólares, lo que representa 2 semanas de importaciones de alimento.

Recomendó al gobierno buscar fuentes de endeudameinto externo, que le permita pasar el temporal a muy corto plazo, y dirigir esos recursos a la compra de materia prima, que permita la la industria venezolano producir bienes y productos terminados.

Sugirió combinar esa media con una política cambiaria más racional y con una estricta política fiscal, para sortear y llevar a buen puerto la economía en el corto plazo.

A mediano plazo, con medidas que incentiven la inversión y la sustitución de importaciones, se podría sacar al país definitivamente de la crisis.

En la ronda de preguntas sugirió que Venezuela podría volver a depositar el oro en la banca extranjera, lo que garantizaría un financiamiento por el orden de los 7 millardos de dólares, que representan 2 meses de importaciones.

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