Soltar, dejar atrás el pasado y los 20 años de Friends
La serie norteamericana Friends celebró 20 años desde su estreno en 1994 que se cumplieron el pasado 22 de septiembre. Yo me sigo preguntando ¿qué hay que celebrar?, la serie salió del aire en 2004, 10 años después que la cadena NBC emitió su primer capítulo. Si siguieran al aire, sería todo un exitazo pero ya ha estado fuera de pantalla el mismo tiempo que lo estuvo, ¿no?.
Friends
No creo que lo que debamos celebrar hoy sea precisamente el nacimiento del show que ocupa el puesto 21 entre los 100 mejor escritos de la tv norteamericana. Creo que la celebración del día es a nuestra habilidad para aferrarnos a la zona de confort y a la incapacidad de abrirnos a lo nuevo, dejando atrás lo pasado. Sí, puede que sea un poco duro pero es así.
En lo 90, este sitcom marcó un hito en la televisión por dos factores determinantes: era el primer sitcom –digamos rosa, porque Seinfeld era mucho más ácido- dedicado a los veinteañeros, en un universo televisivo dominado por los shows de adolescentes o de profesionales “profesionalmente inadecuados”; y, era el primer sitcom que se arriesgaba a tener 6 protagonistas en igualdad de condiciones dramáticas y laborales; cosa que ni The Big Bang Theory ha logrado alcanzar.
Además de esto, las fortalezas de Friends venían dadas por otras dos razones: la idea romántica de que los estereotipos sociales más diametralmente opuestos podían tener, así fuera escondidos en un apartamento o en un café chic venido a menos, un punto de encuentro, de reconciliación. Por otra parte, abordaba todo el drama existencial de este grupo etario que había dejado de ser adolescente pero no era lo suficientemente adulto como para calificar entre los “profesionales exitosos con una vida hecha”.
No en vano, la serie puso de moda el término “los 30 son los nuevos 20” (que luego se pervirtió con colores y modas que no vienen al caso), como referencia al hecho de que las nuevas generaciones maduran más tarde y afrontan la vida con un delay de 10 años (me atrevería a decir que hoy en día es más), por lo que necesitan más apoyo y ayuda “psicológica” pero son demasiado buenos para apoyarse en talks shows (con lo que les comparó el Washington Post en la crítica a su piloto).
En fin, Friends capitalizó a la generación X, esa que es despreciada por Jones y Ys de igual manera. La mostró con sus virtudes y defectos y la hizo algo gracioso y cotidiano. ¡Bien por ellos y por nosotros que la vimos!
Friends
Pero ya hace 20 años de eso, 10 de su salida del aire –por la puerta grande, como debe ser, porque la evolución de los personajes ya no daba cabida al concepto original-. El planeta Tierra de hoy no es ni similar del que fue entonces, ni hablar de quienes lo habitamos. Hoy por hoy, Friends está vencida, sus chistes no hacen gracia a los actuales veinteañeros –quienes la ven como algo antiguo y sin estilo- y los veinteañeros de entonces ya no somos los mismos. Vemos Friends como quien ve un álbum de fotos –porque Facebook no es tan viejo-: es algo que nos recuerda una época bonita y a las personas que fuimos pero que YA NO SOMOS; los chistes nos dan gracias por el recuerdo pero no son las mismas carcajadas hilarantes de entonces. Así, Friends se convierte en un cable a tierra que nos recuerda quiénes fuimos y de dónde venimos.
Entonces… ¿de verdad queremos seguir celebrando el pasado? Digo, está bien como toda la referencia histórica que es pero… ¿celebrarlo? No sé. Toda esta alharaca a mí me suena mucho más a pataleta de ahogado: no queremos aceptar que eso ya no nos pertenece porque ya no nos relacionamos con ello pero necesitamos excusas para mantenernos aferrados a lo seguro, a lo cómodo, a lo conocido… Por mi parte, hace mucho que seguí adelante… Y no por eso me olvido de quién soy ni de dónde vengo. ¡Mis FRIENDS pueden dar fe de ello!
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