Maduro: ¿Dónde están y quiénes son los trabajadores?

Hablar en cifras de la fuerza laboral en Venezuela no sólo es difícil, sino además riesgoso. Esta limitación deriva fundamentalmente de la opacidad con que la institucionalidad del Estado maneja la administración del trabajo en el país y del maquillaje de las estadísticas.

El Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social revela muy pocos datos acerca de la situación real de la clase trabajadora. El INE considera dentro de la categoría de “activo” u “ocupado” a quienes no poseen empleos decentes, conforme a la estandarización establecida por la Organización Internacional del Trabajo. Esto quiere decir que cualquier labor, es tomada como válida, a los fines de reducir las cifras de desempleo.

El INE no contabiliza el sub empleo ni el empleo precario.  Tampoco tiene importancia si la labor realizada a cambio de un tipo de pago, carece de calidad, seguridad social, prestaciones sociales o si no hay contrataciones colectivas que periódicamente ajusten la remuneración al trabajo. Pudiera decirse que sacar esa cuenta no es función del INE, pero tampoco la realiza el MINPPTRASS o sus institutos autónomos adscritos.

En la estadística oficial no aparecen las cifras de accidentes ni de enfermedades laborales y menos aún huelgas. Ni hablar de las huelgas “legales”.

Según el INE, para el primer semestre de 2014, teníamos 29.888.553 personas, como población total. De ellas, 21.673.062 tenían una edad superior a los 15 años y, por tanto, eran susceptibles de integrar la Población Económicamente Activa (PEA). Sin embargo, sólo 14.038.355 personas estaban efectivamente “activas” (que no necesariamente implica trabajando), lo que equivale al 64,8% de la PEA.

En el primer semestre de 2014, de los 14.038.355 de personas “activas” -contabilizadas por el INE-, se desprende un grupo menor, que está laborando realmente, y que asciende a 12.949.479 personas.

Además, están las personas “desocupadas”, cuyo número era de 1.088.876. También, las que se califican como “cesantes”, que son 994.791. Hay  un conjunto de personas que buscan trabajo por primera vez (BTPPV), que sumaban la cifra de 94.085, hace 6 meses.

Las personas “inactivas” alcanzaron la cantidad de 7.634.707, que engloba a la población estudiantil, estimada en 2.535.133 personas; a la gente que realiza “quehaceres del hogar”, calculada en 3.230.471 personas; las que están incapacitadas para laborar, que serían 317.515 personas, y una categoría denominada “otra situación”, que llega a 1.551.588 personas.

Las instancias que aportan información que va más allá de las frías cifras sobre la población laboral venezolana, son organizaciones de defensa y promoción de derechos humanos, los centros de investigación universitaria y los sindicatos. Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo ofrece claras luces sobre la senda que transitan los derechos laborales colectivos en Venezuela, especialmente en el Comité de Libertad Sindical.

Algunas instituciones de investigación socio laboral de carácter privado y con ámbito nacional o internacional, realizan estudios en esta materia que por los valiosos datos que ofrecen y metodología utilizada, se convierten en una fuente fiable, dada la aridez informativa oficial.

No es el Estado el que nos brinda, como debería ser su deber, transparencia. Solo la consulta a la prensa y a los sitios especializados en Internet, permite que las personas interesadas indaguen sobre dónde están, cómo son y quiénes son los trabajadores y las trabajadoras en Venezuela, cuáles son sus problemas, qué tal es su calidad de vida, en qué dimensión se realizan sus luchas y qué opinan sobre su situación.

El CENDA y más recientemente, el CENDAS, abordan las cifras sobre canasta alimentaria y cesta básica normativa, con diferentes metodologías. El primero con más de 25 años de labor y el segundo con una década de trabajo en este campo. La revista SIC y los periódicos “Correo del Caroní” y “El Mundo”, representan hasta ahora esa ventana informativa que desde el Estado venezolano está cerrada.

Entre los sitios de  consulta están Provea y el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, así como www.hectorlucena.blogspot.com. Una de las áreas que analizan es la violencia sindical y la conflictividad laboral.

En el área de divulgación informativa está El Cambur, mientras que en materia de opinión política de corrientes sindicales y movimientos independientes están: Aporrea, La Clase, Deslinde y Periódico Libertario, donde se publican datos sobre la verdadera realidad laboral que se vive en Venezuela.

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