Con la publicación del decreto presidencial 1.509, que apareció la Gaceta Oficial N° 40.557, los caficultores son los principales afectados con la decisión del Ejecutivo de centralizar la compra de la cosecha total de café “con el propósito de abastecer la reserva estratégica nacional”.
El texto dice que “los productores sólo podrán arrimar o comercializar sus cosechas, de manera directa y sin intermediación a la Corporación Venezolana de Café (CVA-Café), a través de los puntos de venta de sus empresas filiales, afiliadas o tuteladas: Empresa Nacional del Café; Café Venezuela y Fama de América”. Para movilizar el producto es necesario que tengan autorización a través de las Guías Únicas de Movilización.
Además dice “queda prohibida a venda de café verde, pergamino y en cereza por parte de los productores a intermediarios o cualquier actor distinto a los señalados” y no podrá ser trasladado a los estados fronterizos: Apure, Táchira y Zulia.
Con este decreto se oficializa que el gobierno es el único que podrá centralizar todo el café que se produce en el país, administrar la materia prima para elaborar el producto terminado y procesarlo para que, finalmente, el consumidor pueda disfrutar de su taza de café negrito, con leche o guayoyo.
Preocupación del caficultor
El café es uno de los rubros regulados por el Ejecutivo que afecta toda la cadena de producción, especialmente, al sector caficultor quienes ha solicitado al gobierno que revise nuevamente los precios para corregir las distorsiones. Lo que perciben económicamente no es suficiente para el control de la plaga, fumigación ante la roya, mantenimiento de los campos y recolección manual de la cosecha procurando su tratamiento para mantener la calidad.
Dioleidis Páez, directora de Café de Fedeagro, señala que este decreto afecta a 55.000 productores del ramo. “Debido a los bajos precios que fijó el gobierno tenemos que venderle a los privados para generar algo de rentabilidad y seguir cosechando”, expresó. “Producir un quintal de café cuesta más que lo que pagan por el”, aseveró.
La solicitud es que el quintal de café corriente que le pagan al productor a 2.800 bolívares, pase a 4.500 bolívares. El de café lavado tipo A, que cuesta 3.641 bolívares, lo suban a 5.000 bolívares y el lavado tipo B que pase de 4.500 a 6.200 bolívares.
Al productor le conviene más vender el café a privados cuyo pago es de contado, que a las empresas del Estado porque a veces tardan más de 90 días sin recibir la cancelación.
Venezuela produce cafeto del tipo arabica que, por excelencia, es de mejor calidad y ha sido reconocido como el café de primera en el mundo.
Vía El Nacional y El Universal
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