Vampiros modernos del cine

Desde Drácula hasta Crepúsculo los vampiros han tenido gran influencia a través de la literatura, la televisión y el cine. Y es, sin duda, en la gran pantalla, donde el género vampírico se ha popularizado en los últimos tiempos.

Tal vez por su comprobada cualidad de reflejar el lado más oscuro de la psique humana o por la seducción implícita que ejercen, son pocas las películas del género que se atreven a dar un paso más allá del arquetipo de terroríficas criaturas chupasangre que solo existen para cazar a su fuente de alimento, salvo por las versiones rosa más cercanas al ideario romántico adolescente que al verdadero monstruo.

Pero como toda regla tiene su excepción, pasaré a listar filmes del siglo XXI que ofrecen una visión más profunda o menos estereotipada de los vampiros y que vale la pena recomendar.

Trouble Every Day (2001): producción francesa que abandona las convenciones clásicas y apuesta por la vanguardia. La tensión dramática gira en torno a una de las características fundamentales del género: el erotismo. El retrato descarnado de los personajes sometidos a su propio apetito sexual nos muestra una imagen bizarra de los más bajos instintos humanos.

Let The Right One In (2008): esta película de origen sueco redefine el género de vampiros por completo. El film se esmera en construir una atmósfera inocente e infantil que oculta el terror de forma inteligente e inesperada. Un cuento de hadas siniestro con una narrativa brillante.

Thirst (2009): puede que no sea para todos, pero Thirst es una de las pocas películas que merece su nombre. La historia se centra en un cura que, gracias a una transfusión sanguínea, termina por convertirse en vampiro. A partir de allí, la oscuridad inherente en él lo hará sucumbir a las más temibles pulsiones. Con este film Chan Wook Park logra tejer un hilo donde lo erótico se muestra en forma perversa y extraña.

Let Me In (2010): rara vez un remake norteamericano está a la altura de la cinta original. Ese es el caso de Let Me In. La adaptación de Matt Reeves logra mantener la subyugante atmósfera del film original pero con espíritu y ritmo propio.

Only Lovers Left Alive (2013): excelente película bohemia inspirada en el espíritu del Rock & Roll. Esta co-producción británico alemana cuenta con las soberbias actuaciones de Tilda Swinton y Tom Hiddleston, acompañados por  Mia Wasikowska. Visualmente poética, Only Lovers Left Alive ofrece una perspectiva más profunda sobre las relaciones que trascienden el paso del tiempo y las distancias.

What We Do In The Shadows (2014): esta comedia neozelandesa toma los estereotipos del género para construir una parodia mordaz e inteligente en formato de docuficción. En What We Do In The Shadows no hay desperdicio, risas garantizadas y ejecución impecable.

Como dijo una vez el escritor mexicano Juan Rulfo no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte. Todos elementos imprescindibles en todas las buenas historias que intentan retratar a uno de los personajes más infames y venerados jamás creados: el vampiro.

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