De no muertos, resucitados y renacidos

Desde junio pasado tengo una piedrita en el zapato y creo que noviembre es el mes ideal para sacarla: Resurrection. Esta serie de ABC se comenzó a transmitir en marzo pasado con un plot que la hacía genial: fallecidos que regresan, por circunstancias desconocidas a retomar su vida en el punto que la dejaron.

ABC la vendió como una mini serie de 12 capítulos basada en el libro The Returned de Jason Mott, una mezcla de parapsicología, espiritualidad y suspenso que aseguraban un éxito a corto plazo. Personajes profundos y complejos que se relacionaban de la misma manera entre ellos y con las mil interrogantes que planteaba el ¿Por qué Bellamy se mete en el lío de Arcadia –el pueblo donde se desarrolla la serie- cuando, en realidad, no tiene vela en ese entierro?

Pasó que los productores le vieron el queso a la tostada y a mitad de temporada decidieron renovarla como una serie longeva más, afectando la trama que ya venían desarrollando, alargando historias y retrasando desenlaces que ya eran evidentes después de la muerte de Caleb Richards, sólo por justificar y dejar material para la segunda temporada.

Como era de esperarse, la segunda temporada –que comenzó a transmitirse en Latinoamérica hace dos semanas- ha sido una seguidilla de “retornados” con rollos y sin ninguna solución, aunque la mayoría de ellas son más que evidentes. Es ahí cuando recuerdo a mis profesores de guion enseñándonos a diagramar una serie: antes de escribir el primer capítulo debes saber cuál será el final de la temporada y de la serie en general, si no, obtienes un bodrio más parecido a una novela mexicana que las dinámicas series a las que estamos acostumbrados.

El mejor ejemplo de estos giros mal habidos tratando de retrasar lo inevitable son los panas de Two and a half men (aquí es cuando me tiran tomates). Sé que la mayoría me condenará por esto, a pesar de que todos sabemos que el espíritu de la serie de CBS murió con Charlie Harper (el personaje interpretado por Charlie Sheen). Todo lo que han hecho después es simple y llanamente: no querer soltar a la gallina de los huevos de oro. No funcionó el personaje de Walden Schmidt ni por lo rebueno que pueda estar Ashton Kutcher, menos funcionó la ida de Jake Harper a la milicia (Angus T. Jones, el segundo corazón de la serie) y ni hablar de la dinámica con Amber Tamblyn (Jenny Harper) a quién respeto como actriz a pesar de haber pelado el patín al aceptar un personaje tan traído de los pelos.

Pero ya, todo este asunto de la boda entre Walden y Alan superó mi capacidad de asombro, aburrimiento y tolerancia al cliché. Por muy buenas intenciones que hayan tras la boda, la crítica al sistema de adopción estadounidense que deja en desventaja a hombres solteros –incluso en mayor desventaja que a las mujeres en la misma condición-, el hecho de alimentar la falta de habilidades sociales de Alan –argumento desgastado en demasía durante 12 años al aire- fue el colmo de los colmos. ¿Será muy difícil aceptar que la historia cumplió su ciclo y debe terminar? ¿O es que el equipo de Friends fueron unos locos suicidas? Porque ellos sí cerraron el ciclo antes de que nos tocara ver a un Ben adolescente y a Chandler cambiando pañales.

En contraste con tanto negado a morir, tenemos el rencimiento de los héroes de NBC: Heroes Reborn. La secuela de la serie de sci fi que estuvo al aire entre 2006 y 2010 con todo el potencial para convertirse en una serie de culto y que se vio seriamente afectada por la huelga de guionistas (2007-2008) que llevaron a su abrupto final sin arte ni parte.


Heroes Reborn se estrenará el próximo año sobre una nueva estructura de personajes que aún no es pública pero de la que se sabe que interactuará con los personajes de la serie original sólo para amarrar los cabos que quedaron sueltos en el 2010. Hasta ahora, se ha confirmado la participación de Jack Coleman (Noah Bennet, el padre de la cheerleader) y está abierta la posibilidad para Zachary Quinto (Sylar) quién declaró que tiene la agenda muy ocupada pero quisiera participar en este proyecto ya que catapultó su carrera en una dirección que ni él mismo habría imaginado. En lo personal, espero que también vuelva Masi Oka (Hiro Nakamura), mi personaje favorito.

Para quienes no la recuerdan, Heroes versaba sobre varios personajes con habilidades especiales a los que la trama iba juntando hasta formar un equipo en torno a la premisa: Save the cheerleader, save the World! – premisa que volvió a mi mente al segundo capítulo de la fallecida Believe (otra serie de midseason) que NBC sacó del aire luego de 9 capítulos dejando el mismo mal sabor del aquél final inconcluso de Heroes.

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