Todo indica que el descontento no solo está en las bases, sino en quien las dirige. Los críticos, ideólogos, consejeros, asesores y ex-ministros leales a Hugo Chávez (+) han planteado un debate a lo interno del Psuv, que ha sido expuesto mediáticamente. Ahora todos hacen leña del árbol caído, por ambos lados, pidiendo “lealtad, unidad y transparencia” y exigiéndole al presidente Nicolás Maduro que se pronuncie. Unos buscan al líder, “hijo de Chávez” y de la revolución socialista, otros al estadista de un país que transpira crisis y hay quienes ni siquiera negocian, piden la cabeza de quien sea como sea.
Sin embargo, este aliento de debate ya se respira en el ambiente, tanto de un lado como del otro. Como efecto dominó la carta que Jorge Giordani preparó con tanto detalle y guardó hasta momentos después de su salida del gobierno, desencadenó reacciones en los hombres y mujeres también “hijos de Chávez” dejando al descubierto un escenario de discusión previo al III Congreso del Psuv.
Ayer Vanessa Davies, Jorge Giordani y Héctor Navarro. Hoy Ana Elisa Osorio y Víctor Álvarez. Mañana quién. Navarro sabía bien lo que hacía cuando escribió “Contra la manipulación informativa en torno a la carta de Jorge Giordani”, donde exigió respuestas claras al presidente Nicolás Maduro sobre las denuncias hechas por su compañero del grupo Garibaldi. “Silencio absoluto” puertas adentro y reacciones necesarias, afuera. Poco después, se le informaba “oficialmente” que pasaría al Tribunal Disciplinario del Partido y era suspendido en sus funciones como parte de la Directiva Nacional. También lo sabía Aporrea.org que publicó las polémicas cartas de ambos personajes. Sea la razón que sea, los hechos son que la página de opinadores críticos del chavismo estuvo fuera del aire por varias horas.
Osorio también habló a favor de la cruzada de Giordani y Navarro. Hoy publica por su cuenta de : “Exhortamos a la AN que desempolve la Ley contra la corrupción y se castigue a los corruptos: Esos son los grandes traidores a la Revolución”. Fue menos enfática en su apoyo a los personajes, solo hizo un retuit donde se solidarizaba con Navarro. Hace una semana, la vicepresidenta del Parlamento Latinoamericano sección Venezuela dijo por Globovisión que “el madurismo no existe, Maduro es un chavista”.
Sin embargo, los mensajes de Víctor Álvarez sí fueron contundentes. Hace tres días publicó una interpretación de “¿Qué significa la salida de Giordani?” y sin mucho tiempo de madurar el debate se cruzó lo de Navarro. Habló por su cuenta de “purgas”, de “Stalinismo puro y duro”, de “pensamiento crítico, propositivo y constructivo”, de “intolerancia ante la crítica” y pide a otra crítica del chavismo, que hace poco fue sujeto de polémica, que alce su voz. “Esperamos que que defendió a Chataing combata atropello contra artillería del pensamiento que se comete en persona de H. Navarro”.
De alguna manera las voces están haciendo efecto en el seno del Psuv, cuya imagen parece estar limitada a suspender y callar a sus transgresores. Hoy publica en su página web un “registro de recomendaciones” abierto para las bases, “sus militantes y las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh)” antes del próximo Congreso del Partido.